Un año más nos reunimos para levantar la voz contra el racismo y la xenofobia, y para demostrar a los adultos que, aunque no tenemos más de 12 años, sabemos, podemos , debemos y queremos convivir en armonía con todos aquellos que nos rodean, sin importarnos su procedencia, su color de piel , sus costumbres, su idioma... porque sabemos que todos/as somos iguales.
Por eso, el pasado el 19 de marzo, 190 niños y niñas de diferentes coles y de 10 nacionalidades distintas (rumanos, polacos, marroquíes, gitanos, argentinos, españoles, portugueses...), celebramos a lo grande el Día Internacional contra la Discriminación Racial, con un montón de actividades.

XIV CONCENTRACIÓN INFANTIL CONTRA EL RACISMO Y LA XENOFOBIA

El viernes 19 de marzo, de 10:00 a 12:00, todos los niños y niñas que hacemos este blog nos vamos a reunir en el CP Rey Aurelio de Sotrondio para conmemorar el Día Internacional contra la Discriminación Racial. Vamos a tener actuaciones de bailes del mundo, manifiestos contra el racismo, un "muro de la tolerancia", y muchas cosas más.

Os esperamos!!

NUESTROS BAOBABS

Al igual que en el planeta del Principito, en el nuestro también existen Baobabs y malas hierbas que se extienden por todo nuestro planeta y pueden hacer que éste estalle. En el cole Teodoro Cuesta no sólo escribimos todos los baobabs que hacen más difícil nuestra vida, sino que propusimos algunas soluciones para acabar con ellos.

Estas son nuestras ideas:

Para acabar con la desigualdad entre sexos, las mujeres tienen que cobrar igual que los hombres.
Si reciclamos los residuos y utilizamos el transporte público, habrá menos contaminación.
Debemos respetar a los demás para acabar con los insultos y con las peleas.
Sólo podremos respetar la naturaleza si gastamos sólo lo fundamental, no tiramos basura a los ríos y no talamos los árboles.
La mejor forma de acabar con el egoísmo es compartiendo tus cosas con los demás.
La única manera de acabar con el racismo es respetar a todos por igual.

EL PRINCIPITO Y LOS BAOBABS


Resulta que en el planeta del principito había, como en todos los planetas, hierbas buenas y hierbas malas. Por lo tanto buenas semillas de hierbas buenas y malas semillas de hierbas malas. Pero las semillas son invisibles. Duermen en el secreto de la tierra hasta que a una se le antoja despertarse. Entonces se estira, y extiende tímidamente hacia el sol una encantadora ramita inofensiva. Si se trata de una ramita de rábano o de rosal, se la puede dejar crecer como quiera. Pero si se trata de una maleza, hay que arrancarla en seguida, en cuanto se la pudo reconocer. Ahora bien, había unas semillas terribles en el planeta del principito... eran las semillas de baobab. El suelo del planeta estaba plagado de ellas. Y de un baobab, si uno se deja estar, no es posible desembarazarse nunca más. Obstruye todo el planeta. Lo perfora con sus raíces. Y si el planeta es demasiado pequeño, y si los baobabs son numerosos, lo hacen estallar.

"Es cuestión de disciplina, me decía más tarde el principito. Después de terminar la higiene matinal, hay que hacer con cuidado la limpieza del planeta. Hay que obligarse regularmente a arrancar los baobabs en cuanto se los distingue de los rosales, a los que se parecen mucho cuando son muy jóvenes. Es un trabajo muy fastidioso, pero muy fácil."

"Es cuestión de disciplina, me decía más tarde el principito. Después de terminar la higiene matinal, hay que hacer con cuidado la limpieza del planeta. Hay que obligarse regularmente a arrancar los baobabs en cuanto se los distingue de los rosales, a los que se parecen mucho cuando son muy jóvenes. Es un trabajo muy fastidioso, pero muy fácil."

Y un día me aconsejó esforzarme en lograr un buen dibujo, para meter bien esto en la cabeza de los niños de mi tierra. A veces no hay problema en dejar el trabajo para después. Pero en caso de tratarse de baobabs, es siempre catastrófico. (...) "Niños! Tengan cuidado con los baobabs !"